Sí, hay que admitirlo. La débil duda nos lleva al convencimiento, pero nunca a la neurosis, y al poder investigador del desastre. Pero podría resultar que la desesperación nos llevara de la mano hacia una histeria exquisita, sin necesidad de que se crucen en el camino. Esa mirada lo delata. En cambio, el escarabajo, vive feliz y ajeno a sus limitaciones. Aprendió un día a tocar el violonchelo y ahí le tienes, inerte, sus patas convertidas en cuerda de arpa, con la vida a cuestas, escalando despacio por los lomos de esos tomos viejísimos, tanto como la mismísima Puerta de Alcalá, míralos, míralos... rebosan sabiduría y nunca padecerán alzheimer. Muy buenos y expresivos tus dibujos, fotos y composiciones. Gracias, Lanzarote, por construir y mantener este blog que nos transporta a ese mundo perdido y que con tu buen gusto y trabajo vas iluminando.
1 comentario:
Sí, hay que admitirlo. La débil duda nos lleva al convencimiento, pero nunca a la neurosis, y al poder investigador del desastre. Pero podría resultar que la desesperación nos llevara de la mano hacia una histeria exquisita, sin necesidad de que se crucen en el camino. Esa mirada lo delata.
En cambio, el escarabajo, vive feliz y ajeno a sus limitaciones. Aprendió un día a tocar el violonchelo y ahí le tienes, inerte, sus patas convertidas en cuerda de arpa, con la vida a cuestas, escalando despacio por los lomos de esos tomos viejísimos, tanto como la mismísima Puerta de Alcalá, míralos, míralos... rebosan sabiduría y nunca padecerán alzheimer.
Muy buenos y expresivos tus dibujos, fotos y composiciones. Gracias, Lanzarote, por construir y mantener este blog que nos transporta a ese mundo perdido y que con tu buen gusto y trabajo vas iluminando.
Fdo. El tío de yeso
Publicar un comentario