Los Bajos del Principado: 02/2008

miércoles, febrero 27, 2008

Paisaje después de la batalla
Y hay sensaciones retóricas y mercuriales en las que, se agotan las letras y vuelven las sílabas y se amasan como el origen de los días, porque la vida gira en un instante y no se olvidarán los nombres que arrastra la serpiente del recuerdo ¿Qué sueños nos aguardan para el próximo destino? ¿Acaso campos de algodón repletos de frases?, palabras y más palabras. Esencias de un mundo ardiente plagado de leyendas, de minutos aprisionados en un tiempo que lleva las sombras de los sonidos como vapor de agua hasta lograr la extrañeza de lo real.
Y hay serenas noches en las que la madrugada restituye memorias sumergidas bajo el crepúsculo al tiempo que, un glosario de ademanes inquietantes con los rasgos repletos de apariencias y con los pétalos densos, llenos de huellas, imágenes encadenadas al espejismo que acaso fijó nuestros anhelos antes del desvanecimiento, Así que llegó el momento de desear que todos los placeres imposibles ocupen vuestros corazones porque escribir es solo una parte de la vida y en el alma solo quedan dispersos nuestros murmullos como si de un seminal cuento de invierno se tratara.

jueves, febrero 21, 2008

“Eppur si Muove?
“El desacuerdo entre los sueños y la realidad no produce daño alguno, siempre que la persona que sueña crea seriamente en su sueño, se fije atentamente en la vida, compare sus observaciones con sus castillos en el aire y, en general, trabaje escrupulosamente en la realización de sus fantasías” (personaje de ficción de Belén Gopegui citando a Plejanov)

“La Luna E’Un Pallido Sole?
Con escolástico sigilo, agazapada bajo el capote tautológico de la toma de conciencia y, entre la miseria utilitarista de un sustantivo monólogo dominante, una ráfaga de melancolía recorre como letal cerbatana la probabilidad de que la expresión de la realidad nos convierta en espantapájaros desconcertados por las burbujas del testimonio cuya sinfonía se asemeja a una errática pavana colectiva haciendo estragos en el nudo de garganta de los quioscos de la Tribu, servil tramoya que se conmueve atravesando, por las nubes del sentimiento y de la nostalgia, los reveladores espejos de la Utopía.